EL DRAMA DE LAS VICTIMAS DEL SECUESTRO.

Esperanza Canencio es la madre este policía que sólo llevaba dos años en la institución cuando fue secuestrado. Durante dos años la familia obtuvo algunas pruebas de supervivencia y desde allí todo ha sido desconcierto y desesperación. Hace unos seis años la señora Esperanza estuvo al borde de la locura. Pero pudo más su fortaleza y sus ganas de vivir, a pesar del dolor inmenso que lleva en su pecho. Dice que espera sólo dos cosas. Que haya alguna prueba de que Byron este vivo, o que le digan donde están sus restos. El único consuelo son su otro hijo policía, su hija y sus nietos.

Entre tanto la hermana Yissel Elisa, dice que recuerda a Byron cuando estaba en casa, porque era un buen estudiante y dedicado al dibujo. Es así que algunas de las pruebas que obtuvo su mamá son dibujos con mensajes de amor hacia ella.

La familia Murcia Canencio tuvo la oportunidad de estar en la antigua zona de distención, y no obtuvo respuesta a su clamor. Sólo mensajes de desconsuelo que por algunos momentos los llevó a la desesperación.

Una vecina del Barrio El Jardín de Puerto Asís, doña Rubí Betín , dice que de niño lo vio crecer, que era un buen hijo, que siempre le ayudaba a su mamá, “prácticamente desde que tenía cuatro años de edad”, lo veía jugar y correr por las calles.

Se enteró del secuestro de Byron y se sorprendió de la noticia estando en el departamento de Nariño a través de la televisión. Dice Rubí que se acordaba “al ver la noticia de cuando era un niño y ella lo cargaba en sus brazos”. “Esperamos que haya alguna noticia dice”, porque también he compartido el dolor de mamá y ese sufrimiento interminable se hace cada vez más cruel.

Este es uno de tantos testimonios que renacen, luego de que el gobierno nacional autorizó a la senadora Piedad Córdoba a participar en la entrega de algunos secuestrados que están aún en poder de las FARC, sólo como mediadora en esa acción humanitaria.

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